16 ago 2024
Con tan solo 20 años, Ana acaba de mudarse a una nueva ciudad para continuar sus estudios. Entre las presiones académicas, los problemas familiares y un reciente bache amoroso, Ana siente que su vida está fuera de control. Tras varias recomendaciones de redes sociales y de un especialista, Ana se lanza a meditar: busca algunos vídeos en YouTube y descarga una app de meditación.
Un Intento Fallido para Encontrar la Calma
Varias veces lo intenta y varias veces acaba resonando en su cabeza “Nada, no cambia nada”. Ana se frustra. “¿Por qué no funciona?”, se pregunta. Si alguna vez te has sentido como Ana, no estás solo. La realidad es que a casi nadie le funciona cuando lo necesita, y no debería sorprendernos. Querer que funcione cuando nunca hemos meditado es como querer hacer 20 dominadas sin saber hecho nunca una flexión. Sencillamente no funciona así.
En algún momento buscaste refugio en el zen. Acudimos a él cuando estamos desesperados, y dado que la vida es muy larga, apuesto lo que quieras a que volverás a intentarlo. Los beneficios de la meditación se esconden tras una muralla de desafíos y errores. Este artículo pretende que la próxima vez estés preparado para escalarla.
ÍNDICE
Un intento fallido para encontrar la calma.
Errores comunes por los que meditar no funciona.
Desafíos de la meditación.
¿Con qué tipo de meditación empezar?
Conclusión: quien la persigue la consigue.
Errores comunes por los que meditar no te funciona
De menor a mayor importancia:
1. Expectativas Irrealistas: querer resultados inmediatos
La meditación se ha comercializado en muchas plataformas como una solución rápida para el estrés y la ansiedad, lo que lleva a pensar que unos minutos de meditación serán suficientes para alcanzar un estado de paz interior, ¡pero no! La meditación es una práctica que requiere tiempo y paciencia. Como cualquier habilidad, mejorar en la meditación necesita de consistencia y práctica. Es como ir al gimnasio: no verás músculos marcados después de la primera ni quinta sesión.
Consejo: No te frustres si no sientes cambios inmediatos. La meditación es un camino, no un destino. Comienza con sesiones cortas de 5 minutos al día y aumenta el tiempo a medida que te sientas más cómodo.
2. La Idea Errónea de que la Mente Debe Estar en Blanco
Un error muy frecuente es pensar que la mente debe estar completamente en blanco durante la meditación, lo que genera mucha frustración cuando, en lugar de experimentar un vacío mental, los pensamientos parecen intensificarse.
La realidad es que la mente humana está diseñada para pensar, y tratar de suprimir todos los pensamientos es una tarea imposible. Piensa que eres un velero, y tus pensamientos son corrientes de viento. Nunca podrás dominar el viento, pero sí aprender a usarlo eficientemente.
Consejo: Cuando medites, no luches contra tus pensamientos. Permítete observarlos y déjalos pasar. Te recomiendo que pruebes este vídeo de Meditación3.
Los pensamientos son troncos que flotan en el curso de un río. Tu deber es observarlos llegar e irse desde la orilla
No meditas, escuchas propaganda
Meditar es ejercitar el espíritu, y al igual que ejercitas tu cuerpo, si quieres que funcione tienes que usar la técnica adecuada. Eso significa que debes aprender de las personas adecuadas, así mucho cuidado con las meditaciones guiadas que buscas en Youtube, o las apps que descargas. Existe un gran sesgo de que meditar es algo religioso, de "hippies" y de la contracultura… No te pido que medites para. hacer un viaje astral, te pido te sientes a prestar atención a la respiración para sentirte bien.
Te aconsejo que las meditaciones guiadas que escojas cumplan con este criterio:
Poca o ninguna música para no distraerse.
Evita el típico contenido religioso y propagandístico (“conecta con tu guía espiritual superior”, “sal de tu cuerpo...”). Lo que buscamos es la más “aburrida” posible: sentarse a atender la respiración y como mucho escanear el cuerpo, y punto.
5-10 minutos como mucho para comenzar.
No eliges el momento ni lugar adecuado
Aunque con el tiempo deberíamos ser capaces de estar presentes en cualquier contexto, aprenderlo requiere practicar en una "arena fácil". Pongamos que estás aprendiendo a esquiar, ¿no te tirarías por la pista más empinada y peligrosa verdad que no?Por esto el ambiente en el que se medita juega un papel crucial en la efectividad de la práctica. Evita espacios ruidosos o llenos de distracciones, y escoge un lugar tranquilo donde te asegures que no pueden interrumpirte.
Yo medito todas las mañanas de madrugada, al aire libre en mi balcón, cuando el mundo sigue dormido. Así nada puede distraerme excepto yo.
CONSEJO:
Medita siempre en el mismo rincón, pues con el tiempo lo asociarás a un espacio de calma, y te será más sencillo entrar en el estado de quietud que queremos.
Antes de cada sesión, establece una intención, como “hoy me enfocaré en mi respiración” o “quiero relajarme después de un día estresante”. El compromiso ayuda a tomárselo como la actividad seria y personal que es.
Meditar puede tener mucho más impacto si lo haces justo al levantarte o antes de acostarte, porque es cuando tu cerebro es más susceptible a "reprogramarse" . Es lógico: es más sencillo tener un buen día si empiezas con buen pie.
5. Saltarse las instrucciones básicas
Los inexperimentados se lanzan a la meditación sin antes informarse adecuadamente sobre cómo hacerlo, ni de qué trata la meditación. Este enfoque improvisado puede llevar a una experiencia frustrante. Es fundamental aprender las bases de la meditación, ya sea a través de libros, tutoriales en línea, o incluso tomando clases con un instructor calificado.
Una recomendación personal para aquellos que están comenzando es explorar las meditaciones guiadas Headspace que hay en Netflix, o sino descargar alguna app. Si quieres aventurarte en Youtube, yo recomiendo Yoga con Baruc.
Por otra parte, si estás a punto de empezar a meditar, te aconsejo que sigas estos principios:
Abandona todas las expectativas de cómo debes sentirte.
Valida todos los pensamientos, emociones y sentimientos que surjan durante la meditación, esto es, hazles un "huequito" y sigue concentrándote en la respiración.
Deja las prisas, y no te preocupes por cuándo acabará la meditación guiada.
Son una serie de episodios cortos de introducción a la meditación.
Desafíos de la meditación
Meditar suele calificarse como aburrido hasta que te das cuenta de que es muy difícil. ¿Por qué? Te lo explico:
1. La incapacidad para mantener la constancia
Es fácil entusiasmarse al principio, pero mantener una práctica regular requiere disciplina. Si no meditas todos los días, aunque sean solo 30 días seguidos, entonces todavía no has probado a meditar en serio.
Consejo: Crea una rutina. Intenta meditar a la misma hora todos los días, como parte de tu rutina matutina o antes de acostarte. Te ayudará a hacer de la meditación un hábito.
Incomodidad física
Ha decir verdad, la postura tradicional de meditación es incómoda. No estamos acostumbrados a mantener la espalda recta, ni las piernas tan dobladas como en medio loto. No es de extrañar que los meditadores nuevos y más motivados sientan rechazo, pues el cuerpo tiende a rebelarse al principio. Suelen evitarse las más cómodas posibles (tumbado) para no quedar dormidos. Además, cuanto mayor dignidad tenga la postura mayor impacto tendrá a nivel subsconsciente.
Consejo: No es necesario sentarse en el suelo si te resulta incómodo. Puedes meditar en una silla con los pies apoyados en el suelo, manteniendo la espalda recta.
Si optas por usar la postura sentada, apóyato en un cojín. Los más adentrados en el arte usan este apoyo llamado zafu.
3. Lidiar con las emociones reprimidas
Este artículo de la BBC detallada que al menos el 25% de los meditadores habituales han experimentado eventos adversos (como ataques de pánico) alguna vez a raíz de una meditación. Antes de que dejes de leer por esta impactante estadística, te pido que te pares a reflexionar: ¿que algo me haga sentirme momentáneamente así lo convierte inmediatamente en algo negativo? Si así fuera, las vacunas, los fisioterapeutas, la quimioterapia… ¡hasta el deporte! Todo serían perjuicios, cuando en realidad representan todo lo contrario.
La meditación puede sacar a la superficie emociones y pensamientos que hemos estado evitando. Enfrentar emociones reprimidas siempre es abrumador y, en lugar de lidiar con ellas, la mayoría abandonar la práctica. Sin embargo, es importante entender que este proceso es una parte integral del crecimiento personal.
¿Con qué tipo de meditación empezar?
La meditación no es una talla única, es importante encontrar el que mejor se adapte a tus necesidades y preferencias. Te recomendamos empezar con estas según tus objetivos:
Meditación Vipassana: es una práctica más profunda y la base de las meditaciones budistas. Se centra en observar las sensaciones corporales y los pensamientos desde lejos, dejando que se vayan sin arraigarse a ninguno. Creemos que es la más eficiente.
Escaneos Corporales: implica centrar la atención en una punta del cuerpo e irlo recorriendo despacio. Sirve para aquietar la mente.
Visualización: si participas en alguna competición, tienes una prueba importante, o existe algún objetivo que quieras cumplir, esta es la tuya. Se trata de imaginar lo más nítidamente la meta cumplida y está probado que sirve para manifestarla.
Conclusión: quien la persigue la consigue
La meditación puede ser un poderoso aliado en la búsqueda de un estilo de vida más zen y una mayor felicidad, pero como cualquier habilidad, requiere tiempo, paciencia y práctica. Al entender los errores comunes y los desafíos que enfrentan los principiantes, puedes ajustar tu enfoque y encontrar el tipo de meditación que mejor se adapte a ti. Recuerda que, como en la vida, la clave está en mantenerse presente y ser amable contigo mismo durante el proceso.
Comenta qué te ha parecido