12 abr 2024
“El lazo más fundamental que nos une en compañerismo, sea en el matrimonio o en la amistad, es la conversación”.
Oscar Wilde.
Esta cita me hizo a percatarme de algo impresionante: el hilo que une a mi círculo más cercano, a esos amigos que más quiero, es el nivel de las conversaciones que mantengo con ellos.
¡Resultó no ser casualidad que estuviera con tres de ellos en el mismo equipo de debate! Por culpa de esta extraescolar discutimos más que nadie sobre política, filosofía, economía... y todos esos temas que asoman cuando os vais de viaje a altas horas de la noche. Desde entonces las llamamos metaconversaciones.
El salto lógico es intuitivo: mejores conversaciones equivalen a mejores relaciones. ¿Por qué? Lo veremos a continuación.
Responde a esta pregunta: ¿hay alguna habilidad más importante que ser capaz de mantener una conversación coherente y útil? Justamente porque no la hay, te invito a leer este artículo hasta el final sobre mis Reglas de Oro para mantener una buena conversación. Tus relaciones personales lo agradecerán. ¡Vamos allá!
Principios para tener una conversación increíble
Mantener una buena conversación consiste en 2 pilares esenciales:
SABER ESUCHAR.
SABER HABLAR.
Supongo que ya habrás conversado alguna vez, pero si vivías en una cueva y no te fue posible, entones es un placer ser quien de introduzca a este arte:
01. Las mejores conversaciones son aquellas en las que sólo estás conversando
Si vas a charlar con alguien sobre qué es lo más bonito que te dijeron en tu vida, no lo hagas mientras friegas los platos. Damos más de nosotros mismos cuando nos sentimos importantes, y nos sentimos importantes cuando sólo se nos presta atención a nosotros. De esta forma no sólo recordarás cada aspecto de vuestra charla, sino que la conversación también dará más de sí. Por tanto: móviles fuera, televisión apagada... Todo menos tu atención, apágalo.
Te aconsejo que dejes ir tus comentarios internos, y te lo explico con un ejemplo: el lugar en que es más fácil distraerse era en mis clases de Cálculo I. Más de una vez me detuve a contemplar las ideas que me surgían por el camino. Cuando volví a atender me dí cuenta de que estaba perdido, hice una pregunta, y resultó que era exactamente la misma que acaba de responderle el profesor a quien estaba sentado a mi izquierda.
Por esto es importante que si conversas, tu cabeza exista sólo por y para esa conversación. Esto también es muy útil para percatarse de a quién le importa lo que tenemos que decir, o sea, en quién te vale la pena invertir tu tiempo.
02. Conversas para aprender algo de la otra persona, SIEMPRE
La verdadera escucha activa requiere que dejes de escucharte a ti mismo. Me refiero a que abandones toda opinión y prejuicio.
Si te sientas a charlar con un político, lo más estratégico es admitir que esta persona sabe algo que tú no. Esto dará a entender a tu político que puede tratar contigo, y estará más abierto. No obstante, si mientras le hablas este lee entrelíneas “eres la cucaracha más grande que he visto”, se cerrará en banda y no podremos sonsacarle nada sobre su estrategia gubernamental. ¿Para qué iba a perder el tiempo, si tratar contigo es como hablarle a una pared?
Exactamente así funcionan los políticos… y las personas. No me malinterpretes. Tenemos algo que aprender de cualquiera ahí fuera, pero a veces es más complicado, en especial si esa persona y tú tenéis ideales contrarios.
Dice: "cuando entras en una conversación profunda con alguien".
03. No hagas preguntas de sí o no
Cambia el ¿pasaste miedo? Por ¿cómo te sentiste?
Acude al cómo, cuándo, qué, por qué... Al hacer preguntas muy simples normalmente obtenemos respuestas cortas. No obstante, si la haces breve, directa y más abierta, obtendrás más información. Date cuenta de que preguntamos para que tu interlocutor comparta sus vivencias. Esa persona es la protagonista, así que dale espacio para que te describa la situación minuciosamente.
04. No te equipares
Si te hablan sobre un lugar al que han viajado, que tu respuesta inmediata no sea “yo también, y mira lo que hice...”. Se supone que estás tratando de descubrir algo en la otra persona, y con esto sólo le das a entender que ella no tiene nada nuevo que decirte, porque ya estuviste allí. Espera a que acaben por lo menos.
Traslada esto a todas las situaciones: si se queja, no te quejes tú también (lo normal es que tú la reconfortes). Todas las experiencias son individuales, y más importante aún, no se trata de ti, así que déjala que se exprese.
05. Evita temas mundanos
Los humanos compartimos un tema favorito: nosotros mismos. Conste que no te estoy llamando narcisista, nos lo estoy llamando a ambos (es broma). Está todo estudiado.
Aquellas conversaciones trascendentales son en las que ambos, tú y tu interlocutor, tenéis igual cabida. Por tanto, si buscas conversaciones de calidad con esos vecinos que te encuentras en el ascensor, prueba a decirles “me gustan esos zapatos, te quedan bien, ¿dónde los comrpaste?” en vez de “puf, qué tempo hace...”. Si conoces bien a tu vecino, entonces tendréis muchos temas en común (vivís en el mismo sitio), intenta sacar algo de ahí.
Te dejo algunos temas para romper el hielo.
06. No te repitas
¿Recuerdas cuando tenías 10 años, hiciste una batalla de nerfs con tu hermano y sin querer le disparaste causalmente en la cara a un familiar que no estaba jugando?
Por supuesto que sí, esas regañinas no se olvidan, y no es porque tus padres fueran muy duros contigo, sino porque fueron 15 minutos insoportables de escuchar lo mismo una y otra vez. Este es un comportamiento muy común e inherente en los padres: tienen que improvisar un discurso para regañarte y explicarte que disparar a familiares está mal, pero sólo se les ocurre una forma directa de hacerlo (lo normal es que los progenitores no sepan insultar a sus hijos), así que se limitan a repetir una y otra vez la misma secuencia con distintos tonos y velocidades...
En una conversación cotidiana esto hará que quieras tirarte de los pelos, ¡es como hablar con un disco rayado! Por ello, opta por mantenerte breve, ir al grano, y no dar vueltas por detalles que sólo a ti te importan.
07. Conversar requiere escuchar, y escuchar requiere no pensar en responder
A no ser que seas un espía infiltrado, no deberías anticipar tus respuestas a los demás. Sólo así captarás la mayor información posible y la otra persona te sentirá presente.
Esto es vital y te va a sonar extraño, pero hablar es un objetivo secundario en cualquier conversación. Tu objetivo principal es empatizar con otro ser humano, así que si tienes que decidir entre seguir escuchando o pensar “qué puedo decirle para quedar bien”, entonces elige lo primero. De hecho, cuando estoy en confianza y me toca responder, yo prefiero pararme dos segundos para pensar cuando la otra persona ha acabado.
Muchos de estos consejos ya han sido extendidos por otros. A mí me llegaron por medio de las charlas TEDx Talks. Si quieres profundizar más, aquí te dejo una que me gustó mucho. Está en inglés, pero puedes activar los subtítulos:
Vale la pena sólo por cómo se expresa, te reirás un rato.
Conclusión: mejores conversaciones equivale a mejores relaciones
Compartimos tiempo y palabras con desconocidos en un parada de autobuses, conocemos al amor de nuestra vida mediante esas conversaciones durante la sobremesa… Conversar es la mayor herramienta de interacción social de la que dispone la humanidad. No tenemos mejor forma de relacionarnos con los demás, de hacernos entender, ni de que sean testigos de todo eso que no ven en nosotros.
Es por esto, porque conocemos el mundo a través de una conversación, que debemos garantizar tenerlas de la mejor calidad posible.
Gracias por leerme, espero haberte ayudado un poquito. Ahora que conoces todos estos principios, compártelos, y consigue que quienes te rodean se sientan escuchados.
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