8 mar 2024
Atesoras cariñosamente en el desván de tu memoria clases magistrales de profesores que te transmitieron una pasión desbocada. Quizás fuese un libro de divulgación, una extraescolar… Sea como fuere, la ambición de estudiar una carrera universitaria suele venir marcada por un antecedente. Te construyes un sueño que te motiva a bordar Selectividad, para entrar en ese grado idealizado y descubrir que todo lo que se construye puede caer a pedazos. ¿Te ha pasado? ¡Este es el artículo que buscabas!
Estoy convencido de que si sufres por tu elección se debe a que:
Sabes que tu carrera te gusta pero te duele ver que no se te da bien.
Empiezas a pensar que quizás te has equivocado.
Te cuesta encontrar la motivación suficiente para continuar tus estudios después de una vida entera dejándote la piel para entrar donde querías.
¡Despierta! Seguramente te queda tiempo antes de ceñirte a una decisión final. Tienes centrarte en lo único que depende de ti ahora. Debes darlo todo como si hubieras nacido para ese grado, sino seguirás siendo un mar de dudas incluso después de abandonarlo. Te lo dice uno que se sacó 1º de Física y Matemáticas para cambiar totalmente al final del año.
¿Cómo darlo todo efectivamente? Te lo explico:
ÍNDICE
La Raíz del Problema.
Solución (la que a mí me ha servido).
Momento de plantearse el cambio.
Sé que me voy, ¿cómo elijo?
Conclusión.
La Raíz del Problema
Comienza por sustituir el enfoque de “empezar a hacer las cosas bien” por “dejar de hacer las cosas mal”. De lo contrario, los posibles beneficios que aporten tus buenos hábitos serán contrarrestados por los malos.
Imagina que has decidido probar una nueva técnica de estudio pero sin priorizar tus horas de sueño. Por muy buena técnica que sea, si no descansas no rindes, luego no consigues resultados y acabas en el típico "¡He estudiado muchísimo y no he conseguido nada!" ¿Tiene sentido no?
Así que te invito a primero romper el bucle y localizar las causas subyacentes que obstaculizan tu progreso. Yo pasé por esta situación en mi primer cuatrimestre y estos son fueron los principales desencadenantes que encontré:
Crees que aprovechas el tiempo, pero es al revés
Al entrar en la universidad es probable que asumas demasiadas responsabilidades de golpe. Habrá días en los que pensarás que por haber realizado una buena gestión doméstica y estudiado estás siendo muy eficiente, ¡pero no!
Date cuenta de que en bachiller te ayudaban con muchas de estas tareas mientras tú trabajabas. Si a esto añades factores que consumen tu tiempo como llamar a tus padres, que aún te falta brío lavando los platos, los pequeños períodos de procrastinación que todos tenemos… verás que tu rendimiento académico se ha visto gravemente socavado.
Tardé semanas en averiguar que con una buena organización y disposición podía realizar todos mis deberes domésticos en la mitad de tiempo.
Careces de una rutina estructurada
Cada día es una aventura de supervivencia en tu época universitaria. Dejas que tu carga académica te dicte la hora de irte a la cama, el ejercicio físico, que te diga lo que llevarte o no a la boca… Al carecer de una estructura rutinaria fija en la que cenas o te despiertas a la misma hora trastornas tu ritmo circadiano, lo que perjudica tanto tus ciclos de digestión y calidad del sueño entre otros agentes biológicos. En otras palabras, cuando tú le pides al cuerpo una cosa este está preparado física y mentalmente para otra.
Para garantizar un uso eficiente de tus energías, es vital que establezcas un patrón a lo largo de tu día del que raramente salgas. No sólo te costará menos ponerte a trabajar, sino que estarás de mejor humor.
Échale un vistazo a la siguiente tabla publicada en este artículo de Harvard Medical School:
Estás a merced de tus dudas desde el primer día
Si tu mente no está del todo centrada entonces no has ido a la guerra con todo tu arsenal. Pruébalo y seguramente verás que eres capaz de TODO, y que eso que estudias realmente te satisface, porque en gran medida lo que te gusta va vinculado a tus resultados.
Yo no entré del todo seguro de mi elección, así que cuando me deprimía por no controlar la situación inicial investigaba alternativas en internet. Si haces esto tus pensamientos de abandono se harán más recurrentes y llegarás a imaginarte una vida paralela mientras tu profesor explica endomorfismos en clase. Así sólo conseguimos alimentar al lobo.
Conflicto de indentidad
Nos cuenta Eckhart Tolle en su conocida obra El Poder del Ahora que cuando nuestro sentido de identidad (esa imagen que tienes de ti) se ve desplazado, tratamos de salvarlo a toda costa como si fuéramos este en carne y hueso, en vez de tratarlo como lo que es: ego. Confundir quién eres con un falso yo bajo amenaza acaba desembocando en un estado continuo de alerta y ansiedad.
Observa mi experiencia. Iba a torneos de debate escolar y sacaba muy buenas notas. El no poder llevar el mismo ritmo de vida ni hacer las mismas actividades me hizo cuestionar si había tomado la decisión correcta al comprometerme con una carrera tan exigente.
Te comparas constantemente con los demás
No te mentiré. Medirte con tus compañeros en una competición sana es estimulante y te motiva a trabajar muy duro. Pero existe el efecto opuesto: en cuanto te quedas un poco atrás se siembra en ti la creencia de que no conseguirás alcanzarlos. Entiendo que verlos avanzar mientras tú te sientes estancado es desalentador, pero recuerda: la única competición que existe y que debes ganar es contra ti.
Indaga en tu procrastinación
Si eres independiente y te has mudado lejos de casa, es probable que experimentes frustración y nostalgia por el hogar. En cualquier caso, si tu estado anímico no es el adecuado aflora un mecanismo para combatirlo: la procrastinación. Es de hecho prevalente en estudiantes universitarios según lo indica este reciente estudio realizado entre estudiantes suizos.
Por ejemplo: echas de menos tus padres y amigos, así que coges el móvil para verlos en las redes sociales cuando deberías estar trabajando. Puede que sean unos minutos, pero acumulados suponen un gran detrimento para tu productividad.
Cuanto antes conozcas lo que te desestabiliza, antes podrás ponerle remedio. Veréis que ninguno de mis problemas era “no me gusta mi carrera”.
Solución (la que a mí me ha servido)
Ya has localizado lo que te frena, ahora deséchalo:
Deja de identificarte con tus resultados
Separar tu valía personal de tus logros académicos fortalecerá notablemente tu confianza. Es esencial que aprendas esta lección porque vas a fracasar muchas veces en tu vida y no puedes permitirte deprimirte cada una de ellas.
¿Qué hice yo? Madrugaba específicamente para meditar contra el ego y lo comentaba con aquellos que estaban pasando por lo mismo. Escribir sobre cómo me sentía también me ayudó a darme cuenta del poco sentido que tenía mi sufrimiento cuando lo leía unos días después.
Restringe tus pensamientos negativos
Cada persona es un mundo, y en el mundo hay tantos métodos como personas, sólo tienes que hallar el tuyo para acabar con tus pensamientos intrusivos.
Consérvalo en un lugar donde puedas verlo todos los día.
Yo me hice un post-it titulado “RACHA” y lo puse a los pies de mi cama. Cada día sin falta antes de acostarme ponía una rayita si y sólo si no me había dejado llevar por pensamientos sobre cambiar de carrera. Es decir, si ese día era capaz de darme cuenta de que tenía ideas autodestructivas pero dejaba inmediatamente de pensar en ellas, entonces contabilizaba el día. Así superé ese patrón de pensamiento concreto.
Personalmente, te aconsejo que adquieras el hábito de meditar un poco todos los días. Consiste en sentarte unos 5-10 minutos y simplemente observar qué pensamientos te surgen, sin dejarte llevar por ninguno.
Pide ayuda
Quizás fueses un estudiante autosuficiente en su momento, pero eso no es excusa para admitir que te vendría bien una mano. Considera buscar el apoyo y consejo de compañeros ejemplares y de tus profesores.
Sinceramente, la mejor decisión que tomé en mi primer cuatrimestre fue la de buscar un profesor de apoyo para Geometría I.
Romantiza la situación
Escudriña la belleza en los detalles y enfócate en lo que te motiva dentro de tu área de estudio. Desecha todo lo que desmotive. Me refiero desde poner orden tu mesa de estudio y cuidar tus apuntes hasta hacer un corto cinematográfico de tu experiencia universitaria… Son nimiedades que pueden suponer empujoncitos para nosotros, y nosotros queremos tantos empujoncitos como sea posible.
Lleva un control de tu gestión del tiempo
Te hará consciente de tu margen de mejora y de cómo abarcarlo.
Ejemplo tonto: perdía mucho tiempo al hacerme el desayuno por las mañanas porque tenía que rayarme tomate, fregar mi bol de cereales… Probé a adelantar el desayuno antes de acostarme dejando tomate rayado para varios días y mi bol limpio. Así ahorré unos valiosos minutos para otras tareas.
Es crucial que asumas tu responsabilidad personal y evites culpar a factores externos por tus dificultades, ya que solo al reconocer que algo depende de nosotros podemos iniciar un cambio significativo.
Momento de plantearse el cambio
Partamos del hecho de que si tuvieras claro que vas a dejar la carrera no habrías llegado hasta aquí. Es esencial que navegues con cuidado alrededor de esta idea. Te recomiendo el siguiente plan de acción:
Balance de riesgos
Debes ser crítico y analizar los riesgos desde lo que has aprendido. Ten en cuenta que cambiarte no implica necesariamente que vayas a sacar mejores notas, que seguramente tampoco disfrutes mucho las asignaturas del primer año, y que no existe una situación idealizada.
¿Estás siendo racional?
A tenor del Estudio sobre el Abandono de los Estudios de Grado en el Sistema Universitario Español (Marzo 2022), tu rendimiento en el primer año es el primer indicador que lleva al abandono del grado. Sin embargo, el cómo sea el primer año no ofrece una imagen fiel resto de la carrera ni de tu capacidad de dominarla. Así que decide con cautela antes de sumarte a las estadísticas.
Habla con quienes más te conocen y reflexiona sobre si estás siendo racional. Quizá tu mente intente convencerte para que abandones y así dejes de sufrir. ¿Quieres dejarla porque no te gusta absolutamente nada o es algo específico?
Lista de Pros y Contras
Una vez te desprendas de todas las razones irracionales, como el dejarte influir por los amigos que has hecho (harás amigos en todos lados), haz balanza de todas aquellas que merecen ser tenidas en cuenta. Puedes hacer 2 listas, una sobre lo que ganas y pierdes al quedarte, y otra sobre los pros y contras de cambiar.
Aunque en un lado haya mayor número, es probable que por sí mismas no tengan un peso real. Por ejemplo, compara “No me caen bien mis profesores” con “el conocimiento que estoy aprendiendo puede serme muy útil”.
Nótese que aquí comparto experiencias y técnicas personales que me ayudaron, pero a ti pueden servirte más otras totalmente distintas. Por eso es vital que indagues.
Remarco que no te animo a que abandones, te animo a que investigues y a que intentes tu primer año con toda la pasión posible.
Sé que voy a dejarla por otra, ¿cómo elijo?
No es trivial conocerse a uno mismo, por eso esto suele ser el mayor reto. Te daré 3 consejos en base a mi experiencia:
Agarra a quienes más te conozcan de verdad y pídeles consejo. Muchas veces ellos anticipan si te estás equivocando, y pueden darte pistas sobre qué te hará feliz.
Hagas lo que hagas, no elijas por ego. Yo escogí la carrera más difícil que encontré porque unas asignaturas en bachillerato me habían encantado y quería un reto con el que impresionar al mundo. Quise reforzar la imagen que pensaba que los demás tenían de mí, ¡error! Efectivamente no tuve en cuenta mis pasiones de antes y me equivoqué.
Completa el siguiente diagrama:
Escribir es la mejor forma de diagolar con uno mismo
Conclusión
Si algo he aprendido en este tiempo, es que "El Sueño" hay que mimarlo y mantenerlo cada día, porque vendrán muchos acontecimientos que intentarán exprimir tu ilusión, y sin ilusión no se puede soñar nada.
Te pido que continúes siendo ambicioso/a y realista a corto plazo. No importa que tu status quo no sea el que deseas, lo que importa es que siempre estés en movimiento.
Espero haberte ayudado. Comenta si es así o comparte tu experiencia, te aseguro que hay alguien esperando oírla.
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